¿Por qué después de los 35 años debemos prestar atención a las señales de nuestro organismo?

Una vez superamos la barrera de los 30 años, el cuerpo humano empieza a mostrar señales de deterioro, que comienzan de una forma leve o silenciosa, dependiendo del estilo de vida de cada persona. Por lo anterior, es recomendable realizar periódicamente un examen médico ejecutivo para mantener el control de la salud a partir de esta edad.

Aunque no todas las personas presentan signos del envejecimiento desde la tercera década de vida, hay muchos factores que pueden acelerar o exacerbar condiciones clínicas que pueden amenazar la salud en los años posteriores, como la obesidad, el estrés, hábitos nocivos como el consumo de alcohol y cigarrillos, la falta de actividad física, entre otros.

Debido a esto, es necesario realizar un examen médico ejecutivo para evaluar el estado actual de salud y controlar cualquier situación que pueda significar un riesgo para los pacientes, en especial si ya han superado los 35 años. A partir de esta edad, los efectos de un estilo de vida poco saludable empiezan a dar sus primeras señales en forma de molestias que, quizás, no representan una gran preocupación a primera vista.

Sin embargo, algunas señales pueden empezar a interferir con la calidad de vida; es entonces cuando debemos someternos a un control general que suele incluir los siguientes exámenes, cuyo fin es obtener un diagnóstico, y así descartar cualquier problema serio:

• Presión arterial.
• Nivel de colesterol.
• Examen de visión.
• Control de peso.
• Nivel de glucosa.
• Test de la función hepática.
• Radiografías y otros exámenes para detectar enfermedades crónicas.

Gracias a un examen médico ejecutivo, los pacientes, bajo el acompañamiento de los médicos, pueden iniciar un proceso más personalizado de prevención, donde se incluyen principalmente cambios en el estilo de vida recomendados por el profesional de la salud, como adoptar una dieta más balanceada, evitar el consumo de alcohol y cigarrillos, tener una vida más activa y tomar un tratamiento especializado, en el caso de las personas con riesgos de padecer enfermedades crónicas.

Un chequeo de este tipo no tiene por qué esperar hasta llegar a una edad avanzada. La clave de la prevención es tomar medidas que permitan atajar los problemas de salud antes de que aparezcan o incluso evitar que ocurran en los años posteriores.

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